domingo, 31 de julio de 2011

REPASEMOS ALGUNOS "PUNTOS" DE LA OBRA DE JUAN MANUEL BLANES...

JUAN MANUEL BLANES… “EL PINTOR DE LA PATRIA”

“El artista debe sacar a la superficie las verdades históricas confundidas en el ruido del desasosiego político y social, para hacer con ellas ese arte que no solamente da fe en la historia de las naciones, sino que ha de servir a la moral".
Juan Manuel Blanes.

Forjadora de una memoria social en imágenes, la pintura de Blanes, con sus retratos de familias patricias, con sus testimonios de costumbres y de episodios históricos, constituye hoy una fuente iconográfica de inagotable interés para la revisión crítica de nuestra historia cultural.

Hablar de Juan Manuel Blanes es recrear a Artigas en la Ciudadela, el Juramento de los Treinta y Tres, la Jura de la Constitución y tantos otros hechos históricos que se fijaron en nuestra memoria gracias a las pinceladas de este gran artista, que no en vano se ha ganado el título de “El pintor de la Patria”. Generaciones y generaciones de uruguayos y uruguayas  hemos crecido con las imágenes que Juan Manuel Blanes plasmó en sus lienzos.


EL HOMBRE Y EL ARTISTA

Es imposible hablar de un artista plástico como Blanes sin hacer referencia a aquellos hechos relevantes de vida que incidieron en su obra. 
Juan Manuel Blanes nació en Montevideo el 8 de junio de 1830.
Sus primeros dibujos conocidos datan de los catorce años. A esa edad se traslada con su familia al sitiado campo de Oribe, donde trabaja de tipógrafo en la imprenta del periódico “El Defensor de la Independencia Americana”. 
Entre 1851 y 1853 regresa a Montevideo y trabaja en la imprenta del diario “La Constitución”, alistándose luego en la Guardia Nacional. Durante su estadía en el Cerrito, y a su regreso a la ciudad, continúa dedicándose a la pintura, realizando pequeñas alegorías y decoraciones de motivos populares y retratos de familiares y amigos.
En 1854 abre su propio taller en la calle Reconquista donde se dedica especialmente al retrato.
Un año después viaja con su mujer, María Linari, y su primer hijo, Juan Luis, a la ciudad de Salto.
En Concepción del Uruguay realiza pinturas por encargo, de este período son las Victorias de Urquiza que pinta a solicitud del General. 
En 1859 regresa a trabajar a su taller en Montevideo y al año siguiente obtiene una pensión del Estado para realizar estudios en Europa. Este hecho marca un punto de inflexión en su vida y en la historia de su pintura.
A fines de 1861 llega con su familia a Florencia, instalándose como discípulo del pintor Antonio Ciseri. La producción de este período, que envía a Montevideo en barco, se pierde en un naufragio.
En 1864 regresa a Montevideo con un prestigio conquistado y es requerido por personalidades del medio por su pintura. Son de esta época los primeros cuadros de políticos y militares relevantes: Francisco Solano López, Venancio Flores y Justo José de Urquiza.
Ente 1865 y 1879, produce lo más relevante de su obra: los retratos de su madre, de Besnes e Irigoyen, el suyo propio, el asesinato de Flores, la Fiebre Amarilla en Buenos Aires, los “últimos momentos de José Miguel Carrera”, la “Revista de Rancagua”, el “Juramento de los Treinta y Tres” y su serie de pinturas gauchescas. 
En 1879 emprende, con su familia, el segundo viaje a Europa, ahora con la idea de formar a sus hijos, Juan Luis y Nicanor, en el estudio de la pintura y la escultura.
Mientras su obra florece, su vida personal es sacudida por inseguridades económicas, por la educación incierta de sus hijos, por la salud de su señora.
No comparte el movimiento pictórico emergente en Paris y se siente alejado de su patria. 
En 1883 vuelve a Montevideo, pinta la rotonda del Cementerio Central, lleva a la tela los bocetos de “Sarandi” y pinta el retrato de Doña Carlota Ferreira, mujer vinculada sentimentalmente a su conflictivo hijo Nicanor. 
En 1889 fallece su mujer, al año siguiente viaja a Italia con Nicanor para reencontrarse con su hijo Juan Luis, pero de ese viaje regresa solo. Continúa pintado su retrato de Artigas en la Ciudadela.
Juan Luis muere en un accidente de tránsito y Nicanor desaparece misteriosamente en Italia.
El 2 de mayo de 1898, con sesenta y ocho años de edad, parte nuevamente a Europa con esperanza de encontrar algún rastro de su hijo desaparecido, pero sin resultados positivos. 
Fallece en Pisa el 15 de abril de 1901. Sus restos son traídos a Montevideo, donde reciben sepultura el 29 de junio de ese año.
  
¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DE SU OBRA?

La experiencia de aprendizaje de Juan Maunel Blanes en Florencia, junto al maestro Antonio Ciseri, incidió fundamentalmente en su obra. Allí aprendió a ejecutar una pintura basada en:
1. el rigor dibujístico, donde se respetaba estrictamente la perspectiva y el cuidado de los elementos de la composición,
2. el manejo del tono local, de los colores “propios” de los objetos, 
3. la transición de las luces y las sombras, por ejemplo, las luces crepusculares de la serie de los “gauchitos”,
4. la representación fiel de la apariencia visual de la realidad.

Su formación académica generó una obra que se veía amenazada día a día por la preocupación de la temática social y la divulgación de la técnica fotográfica.

En su obra predominan tres temas: el retrato, la temática histórica y la pintura gauchesca.

1. SUS RETRATOS:
La retratística de Blanes constituye una línea específica de su trabajo como pintor. 
Se pueden reconocer dos períodos claramente delimitados en sus retratos, antes y después de su trabajo con el maestro Ciseri en Florencia. 
En el primer período predominan criterios plásticos que son los habitualmente admitidos dentro del retrato de época: el rostro iluminado sobre fondo apagado, la figura frontal con el cuerpo generalmente sentado, rodeado a veces de objetos cercanos. Lo que diferencia a cada retrato de los demás son solamente los detalles del rostro y la vestimenta.
En su segundo período, al regreso de Europa, Blanes incluye otros recursos expresivos, las posibilidades de la luz, el color de la piel, la tersura del claroscuro y la exaltación del dibujo obsesivo de detalles. Rompe con el esquema de frontalidad del modelo, reestructurando la composición y distribuyendo las distintas zonas del cuerpo al servicio de una clara intencionalidad expresiva.
Fundamentalmente interesa rescatar dos de sus retratos que marcan diferencias importantes de tratamiento: el retrato de la madre del artista y el de Doña Carlota Ferreira.

2. LA TEMÁTICA HISTÓRICA:
En la época histórica que le tocó vivir a Juan Manuel Blanes los sentimientos de nacionalidad aparecían confusos, es por ello que el artista procura la veracidad de sus reconstrucciones pictóricas imbuidas de finalidad moral e impulso idealista destinado a sublimar éticamente los personajes de su representación artística. 
Es conocido como el Pintor de la Patria ya que ha sido el artífice de una iconografía nacional como el retrato del prócer José Artigas, imagen que el artista recreó luego de un riguroso estudio en base al único dibujo al natural que existe del héroe nacional.
Juan Manuel Blanes cuida en sus pinturas hasta los mínimos detalles de vestimenta de la época y el entorno.
La idea de fidelidad a lo real, en torno a la cual gira su disposición a la pintura histórica, es naturalmente fruto de su formación académica. Reconstrucción obsesiva de detalles y situaciones, interés que él mismo identificó con una actitud “científica”.
El pintor lleva a cabo esta empresa mediante un obsesivo apego al "dato fiel" de los hechos, aunque luego modifique en parte esa "descripción veraz", de acuerdo a los contenidos idealistas (en el sentido moral) que pretende imprimir a las imágenes.
Estos fundamentos le valieron la credibilidad y el aplauso de los positivistas y estudiosos naturalistas de la época.

3. SUS FAMOSOS “GAUCHITOS”:
Es a través de la conocida serie denominada "gauchitos", por sus reducidas dimensiones, que en términos pictóricos, se descubre a un Blanes más flexible, sensible, con una visión lírica del campo y su paisaje, y con un tratamiento dibujístico más sintético y abocetado. Gran parte de esta pintura fue realizada en la ciudad de Florencia utilizando modelos italianos.
En ella el artista no representa el tipo humano heroico, gestor de la independencia; pero tampoco representa al desplazado social de ese momento: el personaje ha sido detalladamente descrito, idealizado en términos costumbristas, pero extraído de su drama social real. Blanes nos muestra a un gaucho solitario haciendo de él una criatura exótica y pintoresca, creando una imagen civilizada.
El gaucho retratado asume características arquetípicas, aparece posando para el pintor, distendido, sugiriendo lentos ademanes y resaltando sus coloridas vestimentas. 



TAREA

El trabajo consistirá en leer este texto para obtener la información necesaria para contestar algunas preguntas y entrar a algunos sitios web para apreciar obras de arte de Juan Manuel Blanes.


1. Reúnanse con su grupo de trabajo.

2. Lean este texto para obtener la información necesaria para contestar estas preguntas:

- ¿De qué año datan sus primeros dibujos?

- Según las palabras de Juan Manuel Blanes, ¿cuál debe ser el objetivo del artista?

- ¿Cuáles son las características más sobresalientes de su obra?

- ¿Cuáles son los temas que predominan en ellas?

3. Entren en este sitio web, aprecien las distintas obras que allí aparecen y completen esta tabla:


título
tema
técnica
dimensiones
.

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4. Seleccionen una de las obras de Juan Manuel Blanes que aparece en la tabla, obsérvenla detenidamente e intenten completar su ficha técnica:

- Autor:

- Título:

- Técnica:

- Dimensiones:

- Tema:

- Paleta:

- Pinceladas:

- Manchas:

- Puntos:

- Líneas:

- Luces y sombras:

- Espacio:

- Formas:

- Personajes:

- Sensaciones que transmite:

- Emociones que despierta:

sábado, 30 de julio de 2011

JUAN MANUEL BLANES, EL PINTOR DE LA PATRIA...


















TAREA

Para ir interiorizándose en el tema:

1. reúnanse con su grupo de trabajo,

2. lean el texto que aparece en este sitio web y completen las actividades que propone:


3. intenten contestar esta pregunta:

- ¿Por qué a Juan Manuel Blanes se lo llama el Pintor de la Patria?


Para seguir estudiando sobre la vida y la obra de Juan Manuel Blanes:

viernes, 1 de julio de 2011

REPASEMOS ALGUNOS "PUNTOS" DE LA OBRA DE JOAQUÍN TORRES GARCÍA...

El extraordinario artista plástico Joaquín Torres García nació en la ciudad de Montevideo, en Uruguay, en el año 1.874, y desarrolló una extensa obra de pinturas, libros y esculturas, internacionalmente reconocidas.
A los 17 años se fue con su familia a España donde realizó sus estudios en la ciudad de Mataró, para luego ingresar a la escuela de Bellas Artes de Barcelona.
Sus primeras exposiciones fueron en el año 1.894 y con los años se fue perfilando como un pintor de vanguardia y con un estilo muy propio.
Luego de trabajar como profesor de dibujo y realizar varios murales decorativos de iglesias y edificaciones en España, Torres García regresa definitivamente a Montevideo en el año 1.934, donde fue nombrado profesor honorario de la Facultad de Arquitectura de Montevideo.
Fue el creador de la corriente denominada Constructivismo, desarrollando una gran cantidad de pinturas que representan fielmente su estilo.
A inicios de la década del ´40 se conformó el Taller Torres García, de donde han participado excelentes pintores de la talla de Gonzalo Fonseca y José Gurvich, entre otros.
Y el museo más importante de la ciudad de Montevideo lleva el nombre de Museo Torres García en su honor, uno de los artistas más importantes nacidos en este país.

Las pinturas más famosas realizadas por Torres García son:
- “La colada”, 1.903
- “La casa del lavadero”, 1.903
- “El pintor con su familia”, 1.917
- “Hoy, tempera sobre cartón”, 1.921
- “Escena callejera en Nueva York”, 1.921
- “Paisaje de ciudad”, 1.928
- “Nueva York”, 1.929
- “Composición simétrica universal”, 1.931
- “Constructivo con campana”, 1.932
- “Composición en rojo, blanco y negro”, 1.938
- “Suburbio”, 1.938
- “Arte Universal”, 1.943

En Uruguay, no sólo se convierte en el creador de una nueva plástica, que aunque con hondas y pretéritas raíces americanistas tiene carácter universal, sino en el maestro de una juventud deseosa de incorporarse de lleno al arte contemporáneo.
Por aquellos tiempos, las artes plásticas locales, dominadas por un naturalismo imitativo, sólo resultaban parcialmente conmovidas por la aparición de tímidas propuestas renovadoras originadas por artistas jóvenes, nutridos por las enseñanzas de la Escuela de París. Y esta situación era común a la mayor parte de los países latinoamericanos.
Las nuevas estructuras formales originadas en los centros europeos más avanzados pretendían ser impuestas en América, sin percibir que esas formas eran el resultado de un desarrollo diferente y estaban alejadas de los contenidos propios de las culturas locales.
Frente a ese movimiento, otro se desarrollaba en suelo mexicano, fomentando una pintura de carácter social y político, en realce de la memoria prehispánica.
Para Torres García, esa dicotomía debía ser forzosamente salvada para hacer posible la concreción de su propuesta universalista. Plantea entonces la necesidad de un nuevo arte que incorpore las ideas estéticas y filosóficas del constructivismo y contenga al mismo tiempo elementos arquetípicos de las culturas anteriores a la conquista europea. Una síntesis entre lo más moderno y lo prehistórico: he ahí la audaz y lúcida propuesta lanzada por Torres García en el Uruguay.
Se trata entonces de retomar aspectos esenciales que contienen tanto el arte constructivo como las artes americanas precoloniales: su sentido de universalidad, la geometrización de las formas, los ritmos sostenidos que muestran maravillosos paramentos de piedra y el concepto de la integración armónica entre los monumentos y el medio circundante.



Características del Universalismo Constructivo o Arte Constructivo Universal
¿En qué consisten las diferencias específicas que definen esos géneros de arte?

Primero, ellos no dibujan cosas, sino formas. No se trata de pintura mimética, que busca la fidelidad más perfecta con su referente real. En muchos casos ni siquiera toman esos modelos, sino que pintan ordenaciones cósmicas, ordenaciones religiosas o conceptos. Esas pinturas son esquemáticas, plasman formas despojadas, formas casi puras.
Este es el contexto teórico desde el cual cobra sentido su crítica radical al naturalismo, como un verdadero “enemigo” del arte por la razón de estar basado sobre una falsedad, y por emplear métodos ilusorios, engañosos, para plantear la obra como si fuera el objeto real.

Segundo, por otro lado, la verdadera realidad está en la corrección de los errores ópticos por los conceptos, por ejemplo, los rieles del tren se juntan a lo lejos en nuestra mirada, pero sabemos que continúan siendo paralelos hasta su meta. En tal sentido, Torres García afirma que el dibujo de los egipcios y de los primitivos es un dibujo bien entendido, pues corrige los errores perceptivos, este sí es un “dibujo verdad”, cuyo carácter primordial es la frontalidad. El arte constructivo presenta formas frontales.

Tercero: el dibujo se realiza inevitablemente sobre una superficie, en el plano, en consecuencia, una pintura verdadera, no busca la ilusión de volumen mediante el engaño metódico de la perspectiva, que finge profundidad. A la inversa, el verismo pictórico debe reducir el volumen al plano, a la inversa de la tradición renacentista, traduce las tres dimensiones de los cuerpos, a las dos dimensiones del dibujo plano.
El arte constructivo crea un orden estético de formas frontales planas.

Cuarto: es preciso abandonar la técnica del claro-oscuro, partenaire de la perspectiva, para transmitir al espectador la ilusión de la luz exterior al cuadro. Se trata que el cuadro tenga su propia luz, se trata de crear su atmósfera. El arte constructivo instala sus formas frontales planas en una atmósfera creada por su propia luz.


¿Cómo llevar a la práctica estos conceptos?
La respuesta está dada por la técnica de su arte.
Técnicas del Universalismo Constructivo

El cuadro presenta una armonía rítmica de una trama geométrica en la que se instalan los signos, estableciendo una correspondencia biunívoca, en cada espacio habita un signo. Los compartimientos resultan de la división de la superficie del plano con base en un sistema ortogonal, con el trazado de líneas rectas verticales y horizontales. No hay diagonales en el arte de Torres García.
La superficie del cuadro se divide en una red de sub-espacios, una suerte de enrejado en horizontales o verticales.
Y Torres García realiza la traza del enrejado lineal sobre el soporte del sistema ortogonal, con las proporciones que surgen de la aplicación de la medida áurea, la divina proporción, que en su obra adquiere una importancia fundamental.
La medida áurea hace que todo pueda medirse, de manera de establecer entre los espacios relaciones armónicas. La obra busca establecer un ritmo a través de la sección áurea de manera tal que el resultado del ensamblaje adquiere un dinamismo propio.
La medida áurea es un tipo de relación constante que se establece entre las partes que resultan de la división asimétrica de una composición artística o natural y el todo. Sea un segmento de recta C, dividido en dos segmentos asimétricos: A y B tales que A está dividido en dos partes iguales, y B en tres partes iguales. A es a B, como B es a C, o 2 es a 3, como 3 es a 5.
De tal modo, el espacio resultante es una estructura, una organización armónica de sus partes, las cuales ya no son independientes, sino miembros de un todo. Se trata pues de una retícula dinámica y asimétrica; una estructura plana, sincrónica y simultánea.
Sobre esas líneas se funda el funcionalismo de los planos del color en la pintura, y de los volúmenes en la escultura y la arquitectura.


Del signo en el Constructivismo Universal

En el Constructivismo Universal, el cuadro se puebla de formas, resultantes de la sustitución de objetos percibidos, fenómenos visibles, concretos, ya sean naturales o artificiales. No se trata de una pintura naturalista o mimética. El objeto pictórico no es propiamente mímesis del objeto natural o artificial, sino su reducción esquemática. Cada uno de los objetos y seres concretos instalados en sus cuadros-vitrinas, aparecen reducidos a las líneas que los definen como tales, a contornos, a figuras depuradas. En una palabra, son formas.
Los signos de Torres García se asemejan a los dibujos de los niños, de los primitivos, de los egipcios.
El artista opera con formas, no busca una ilusión de realidad, sino que se propone crear un orden estético.


Del léxico

El léxico es el repertorio de signos de una lengua, una obra, un autor o una persona. Ante todo sorprende que el léxico pictórico de Torres García conste de más de 260 signos. Es un conjunto complejo y diverso, del cual se extraen algunos ejemplos frecuentes y decididamente significativos.
El Universalismo Constructivo recupera los primeros dibujos de la infancia: el almacén, el reloj, el barco, y otras imágenes de objetos de esa etapa de su vida. Son frecuentes además los signos del ancla, la locomotora, la casa, las vasijas, etc.. Todos ellos signos de cosas artificiales, objetos utilitarios, de la técnica.
Por otro lado, están los signos de vida, hombre, hombre y mujer, pez. Los signos que manifiestan su concepción del hombre: razón, corazón, etc.. Signos de las figuras geométricas básicas: círculo, cuadrado, triángulo. Signos prehispánicos provenientes de textiles, de cerámica, de esteras, etc.. Aparecen cifras, el compás de proporciones, la regla, conviviendo con signos decorativos sin más. Signos como el nombre escrito de las cosas, fechas, lugares.
Los signos de los cuatro elementos asimismo están presentes en su léxico y, finalmente es importante resaltar de manera enfática la presencia del mar, la luna, y el sol, por su intensa potencia simbólica.


Imagen, signo y símbolo

Torres García propone signos figurativos. Una primera lectura nos ofrece los signos como tales, los significantes formales, imágenes de un concepto-palabra, por ejemplo el dibujo reloj tiene como referente el concepto de reloj.
Un espíritu atento pronto comienza a sospechar que eso no es todo, que hay algo más y, ¡vaya si lo hay!. Las imágenes visuales, llamativos anzuelos, comienzan a provocar al espectador desprevenido. Nos llaman a despertar del letargo visual cotidiano. Los signos nos invocan.
El espectador empieza a vislumbrar un desdoblamiento posible, dos partes se insinúan.
De esta insinuación de la imagen nace el símbolo. La pintura de Torres García transmuta los signos en símbolos. Pasamos así tras bambalinas, hemos sido invitados a un mundo semi-oculto, entre visible e invisible, constituido por su universo simbólico.
Tomemos un caso obvio: el signo balanza. El significante es el dibujo esquemático, la forma del objeto que por convención general representa una balanza. Su significado es el equilibrio, la igualdad, la imparcialidad, la objetividad, el peso justo, etc., luego la balanza se presenta como símbolo de la idea o valor Justicia, en cuanto ellos revisten los mismos caracteres que el significado.
  

TAREA

El trabajo consistirá en leer este texto para obtener la información necesaria para contestar algunas preguntas y entrar a algunos sitios web para apreciar obras de arte de Joaquín Torres García.


1. Reúnanse con su grupo de trabajo.

2. Lean este texto para obtener la información necesaria para contestar estas preguntas:

- ¿De qué año datan las primeras exposiciones de Joaquín Torres García?

- ¿Cómo se denomina la corriente pictórica que creo?

- ¿Cuáles son las características más sobresalientes del Arte Constructivo Universal?

- En pocas palabras, ¿cómo describirían sus obras constructivistas?

- ¿Cuáles son los signos que aparecen en forma más frecuente en sus obras?

3. Entren en este sitio web, aprecien las distintas obras que allí aparecen y completen esta tabla, registrando sólo las obras constructivistas:


título
técnica
dimensiones
.
.

4. Seleccionen una de las obras de Joaquín Torres García que aparece en la tabla, identifiquen los distintos signos que aparecen e intenten develar su significado, buscando información en este sitio web:

http://www.slideshare.net/pintocarolin/joaquin-torres-garca-presentation

SIMBOLOS RECURRENTES

ancla: significa la salvación y la esperanza,
balanza: equivalente de la justicia, la prudencia y el equilibrio,
botella: como elemento que contiene conocimientos secretos,
corazón: como órgano central del individuo, noción del centro de la vida, la voluntad y la inteligencia,
caracol: signo lunar ligado a la fertilidad y la vida,
escalera: como progresión hacia el saber,
estrella: fuente de luz,
hombre: icono de la existencia universal e imagen del universo,
mujer: representa la sensibilidad y la capacidad de amar,
luna: como el sueño, el inconsciente y el conocimiento secreto,
pez: es la totalidad del universo formal y físico, el ser psíquico dotado de poder en lo inconsciente,
reloj: círculo que remite a un mandala y como máquina se refiere al movimiento perpetuo,
sol: centro del cielo y fuente de luz,
tren: imagen de la vida colectiva y social,
triángulo: refiere a la divinidad, la armonía y la proporción.
ancla: significa la salvación y la esperanza,
balanza: equivalente de la justicia, la prudencia y el equilibrio,
botella: como elemento que contiene conocimientos secretos,
corazón: como órgano central del individuo, noción del centro de la vida, la voluntad y la inteligencia,
caracol: signo lunar ligado a la fertilidad y la vida,
escalera: como progresión hacia el saber,
estrella: fuente de luz,
hombre: icono de la existencia universal e imagen del universo,
mujer: representa la sensibilidad y la capacidad de amar,
luna: como el sueño, el inconsciente y el conocimiento secreto,
pez: es la totalidad del universo formal y físico, el ser psíquico dotado de poder en lo inconsciente,
reloj: círculo que remite a un mandala y como máquina se refiere al movimiento perpetuo,
sol: centro del cielo y fuente de luz,
tren: imagen de la vida colectiva y social,
triángulo: refiere a la divinidad, la armonía y la proporción.

5. Reprodúzcanla en una hoja de garbanzo blanco, cuidando respetar las formas, las dimensiones y los colores.